Nuevo orden

Por: José María Fernández.

Voy a hacer este escrito sin orden ni concierto porque he visto que los del gobierno no tienen orden ni concierto y ni gobiernan ni desgobiernan pero viven como auténticos sátrapas, con dinero, coches, servidores, asesores y encima nos encierran, nos ponen grillos, nos atan con cintas que prácticamente es imposible quitárnoslas; nos atornillan, nos meten en un zarzal en el que uno se desangra psicológica y mentalmente por aburrimiento, nos ponen el yugo, nos encadenan, nos atan con bridas, nos congelan para que no “piemos”, nos cercan y nos desespañolizan en el sentido de que con todo ello destrozan España para hacer surgir otra, esqueleto de la que han hundido, y, tras todo esto, tenemos que estar contentos.

Por si fuera poco sale algún experto que habla por boca de ganso, del gobierno ganso, y nos habla de un “nuevo orden” y unos “nuevos derechos”. ¡Pero qué nuevo orden y qué nuevos derechos! Habrá, pienso yo, que restablecer el orden arrebatado y los derechos pisoteados. Es que están convencidos de que son Dios. Es que van a escribir una nueva Biblia y en el capítulo de la creación aparecerán sentados en torno a la mesa del Consejo de ministros, unos con una insignia con una paloma y una ramita de laurel y otros con otra en la que figura la hoz y el martillo y parirán un Decreto con el “nuevo orden y los nuevos derechos”. Y de repente en el centro de las miradas Él. La ciega luz de los focos se estrella en las pulidas aristas de las grabadoras y llaga de luz micros y cámaras. Él, el que tiene que anunciarlo lo hace: circunloquios y más circunloquios, pero nada de desengrilletar, desencerrar, desencintar, desatornillar, desenzarzar, desestancar, desenyugar, desencadenar, descongelar, descercar. Nada de esto. No está en el nuevo orden. Nada de sacarnos del establo, es decir del lugar cubierto en el que se encierra al ganado (humano en este caso) para que descanse y se alimente si puede, si le llega lo que cobró del ERTE. No está entre los nuevos derechos del nuevo orden.

Sí, en cambio, aparece la “desescalada”. A mí me parecía que en lugar de subir habíamos bajado al abismo, al pozo hondo, lóbrego y tétrico, pero Él dice que no, que habíamos subido, no sabemos adónde, pero, por lo dicho, habíamos subido y ahora con los nuevos derechos y el nuevo orden se nos permitía “desescalar”, pero no de cualquier manera; desescalar por fases, con fases que tienen un número, número mágico y cabalístico porque con los circunloquios no quedaba claro nada de nada. Nuevo orden.

Un comentario en “Nuevo orden

  1. Brutal artículo. ¡Qué placer leerlo! Espero que poco a poco nos vayan «desengrilletando, desencerrando, desencintando, desatornillando, desenzarzando, desestancando, desenyugando, desencadenando, descongelando y descercando…». Porque si no nos vamos a acabar «desbocando» y «desbordando»… (!). Y Dios sabe lo que puede llegar a pasar en tal caso.

    Gracias.

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